CAPITULO
IV: Las flores
El estreno de la nueva
compañía fue todo un éxito; las críticas y comentarios con respecto a la obra
eran muy buenos, no sólo los asistentes tenían opiniones favorables de ella,
también los críticos eran benevolentes con sus apreciaciones y consejos. Todo el
mundo comentaba la gran interpretación del actor principal; quienes le conocían
quedaban asombrados por la transformación que sufría en el escenario.
Julia, trataba de hacer un
tiempo entre sus ocupaciones para asistir a la función, pero cada vez le
resultaba más difícil. Además, la detenía su economía. Trataba de ahorrar, sin
embrago, los imprevistos surgían de forma muy regular. Mientras tanto había
conseguido uno de los ejemplares de la obra y en su lectura se imaginaba a
Gerardo frente al personaje; mantenía la esperanza de asistir a la extensión de
la temporada cuando su madre estuviera de vacaciones.
La vida de Julia con tanto
trabajo se estaba volviendo muy aburrida; sin embargo, sucedió que durante
varios días comenzaron a llegar flores para ella; esta situación la sorprendió,
si bien desde hace unos meses llegaban a su casa, y muy de vez en cuando,
arreglos florales. Su madre y ella le restaron atención creyendo que era una
equivocación; ya que al no contener una tarjeta, les fue natural pensar que se
equivocaban al enviarlas a su casa, aunque ya no existían dudas ni
equivocaciones al contener una tarjeta dirigida a la Srta. Julia
Domínguez.
Si bien este hecho la
distraía un poco, a ella no le interesaba en lo absoluto saber quién enviaba
las flores. Sus sentimientos se dirigían insistentemente hacia otra parte;
incluso si no volvía a ver ni conversar con Gerardo. Muy por el contrario, su
madre, sentía una profunda curiosidad. Insistía en que por lo menos enviara una
nota de agradecimiento a la dirección postal que, ahora, aparecía en el reverso
de las tarjetas, a lo que Julia se oponía enérgicamente; si bien encontraba
algo de razón a sus argumentos no deseaba bajo ninguna circunstancia conocer a
aquella persona.
No fue fácil convencer a la
Sra. Isidora que ella no tenía ni la menor idea de quién se podría tratar. Si
bien Julia, conocía a la mayoría de los hermanos de quienes fueran sus
compañeras; nunca vio o notó que alguno de ellos tuviera una deferencia para
con ella; además, sabía muy bien el lugar que ocupaba en aquella sociedad a la
que jamás aspiro pertenecer.
Menos podía imaginar que
fuera otra persona, pues ella, después de terminar sus estudios regulares, no
había conocido a nadie más que a Gerardo a quien descartaba completamente;
porque como ya sabemos en su encuentro posterior pareció no reconocerla.
Con el transcurso de los días y como las flores no dejaban de
llegar, Julia, pensaba en enviar una nota de agradecimiento; pero se detuvo al
pensar que, tal vez, aquel misterioso personaje se presentaría ante ella con la
clara intención de cortejarla, y como no aspiraba a que algo así sucediera prefirió
cortar con cualquier aspiración. Decidió entonces que el silencio fuera señal
inequívoca de su falta de interés por conocerle; pensó que así no le dañaría.
5 comentarios:
Hola aquí estoy enganchadísima con tu historia.
Bueno yo también no hubiera enviado agradecimientos al desconocido. Esperaría a que se presentara.
¡Bien por Julia!
Sabes que te sigo cariño así que esperaré el próximo capítulo.
Un beso grande, Lou
Lou:
Es de esperar que con tan delicado mensaje el caballero se dé por enterado de la falta de interés.
Como siempre un agrado tenerte por aquí.
Un beso.
Ya tenemos dos misterios en la historia, la extraña conducta del caballero en la florería y ahora el envío de estos arreglos...me pregunto qué intriga se esconderá detrás de ello.
Aunque si yo fuera Julia, me moriría de la curiosidad :)
Siempre cerca.
Jazmín.
Jazmín:
Yo también creo lo mismo; pienso que Julia está demasiado pasiva.
Espero que en algún momento reaccione y sienta curiosidad de saber el porqué de estas situaciones.
Un beso.
Quien envia las flores? ? Ahhh que emoción, seguimos leyendo ;)
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