Luego, camino a casa contó a su madre y a su amiga lo sucedido con un poco de incredulidad, porque le era difícil comprender que una persona le dijera así, de repente sin motivos, que la amaba. Pero ellas lo tomaron con humor y con tono burlón dijeron que aquella situación la veían venir en cualquier momento. Para la madre no había sido ninguna sorpresa, pues en una ocasión conversó con su amiga, madre de él, la cual le manifestaba de manera muy animada que su hijo estaba interesado en una persona muy cercana, pero jamás le dijo su nombre. Su amiga en cambio, recibió la noticia con un poco de decepción, y no dejó de manifestarlo al hablar del tema, para ambas fue incómoda la situación, debido al cariño que sentía la una por la otra. Por lo que decidieron no volver hablar de ese asunto.
La noche fue un poco inquieta para ella. No llegando a ninguna conclusión de qué hacer ante aquella declaración, por lo que se quedó dormida. A la mañana siguiente se levantó animada y fue a la casa de su amiga, donde se reunirían para hacer un trabajo, allí no fue capaz de hablar nada hasta quedar a solas con ella. Le contó lo confundida que estaba por los sentimientos que hasta ese momento nunca había experimentado.
Bromearon tanto sobre el asunto, incluso con un próximo matrimonio. Las risas fueron tantas, llegando a llorar de tanto reír, pero ni aun así esa conversación tan grata logro calmarla. Ella no estaba dispuesta a que su querida amiga sufriera si estaba en sus manos evitarlo, pero también pensaba en su propia felicidad, podría serlo realmente si en su conciencia llevaba el peso de los sentimientos de su amiga.
Para cuando anocheció estaba en su casa, no con tanta energía como había comenzado el día, y una visita inesperada le confirmó que no todo iba bien. Su amiga dijo que si ella tomaba la decisión de aceptarlo, no se molestaría ni se sentiría traicionada por ella, y además lo que hasta el día anterior ella sentía era solamente una atracción y hasta lo consideraba algo imaginario, y su corazón estaba feliz por lo que a ella le sucedía. Fue en ese momento y con esa explicación poco creíble, porque lo decía con un tanto de tristeza, que ella tomó la decisión de no aceptar nada que viniera de él. Para ella era más importante alimentar un amor que desde siempre existió a uno que había llegado solo hace un par de días.
Ante esta firme determinación tenía que agregar indiferencia frente al trato con él y así terminaría este tema, lo que sucedió sin tanto esfuerzo de su parte, no le resultó difícil, ya que era su especialidad el no dar atención a los asuntos de los demás. La relación con su amiga se fortaleció con aquella decisión, sin saber que se había sacrificado de una manera que no seria retribuida.
Para él fue incómodo sentirse rechazado, pero lo supero bastante bien, no pasó mucho tiempo hasta que su valor volvió y se acerco a otra señorita, que ambos conocían bien, era ni más ni menos que la mejor amiga de ella, la que aceptó con gusto las pretensiones de él, y se vieron en secreto por más de cinco meses. Cuando decidieron contar hasta donde querían llegar con su relación no se encontraba ella, pues se sentían avergonzados después de lo ocurrido. Muchos de sus conocidos en común se encontraban encantados con la nueva pareja. Luego de tanto regocijo, llegó la hora que ella supiera lo sucedido, qué podría pasar… no se supo nada de lo que conversaron hasta dos días después, cuando se enteraron de un viaje relámpago que realizaba fuera de la ciudad; sí, sin más se iba de viaje, pues no soportaba la idea de tanta deslealtad, estaba total y absolutamente decepcionada de quien por años no solamente había sido su amiga, quien a pesar de todo seguiría siéndolo y con quien podría contar cuando así lo necesitara, sino que con los años llegó a considerarla como una hermana.
Muchos se vieron sorprendidos, porque jamás habían visto tanta indignación en ella, siempre fue de carácter pasivo de hecho casi nunca hablaba y cuando lo hacia era para dar su opinión calmadamente. Al despedirse no entregó detalles de su partida ni al lugar que se dirigía. En ese instante muy pocos sospechaban el verdadero motivo, y quienes se atrevieron a culpar a su amiga vieron truncados sus reclamos, pues se defendió bastante bien diciendo que cuando hablaron del tema ella jamás la culpó, y que la decisión que tomó era para que estuvieran tranquilos, sin culpas, ya que ella en su momento optó por la vida que ahora llevaría, y que siempre sabrían de ella.
Aunque era verdad lo relatado por su amiga para ella era difícil volver a confiar, porque siempre esperamos que las personas hagan lo mismo en determinado momento. Aunque, sí, debía reconocer que sentía dolor por lo que estaba ocurriendo. Su decisión de decir que no, se habia visto inclinada por los sentimientos de su amiga ya que no quería que sufriera, pero en ningún momento dejó de sentir algo especial por aquel hombre que fue capaz de despertar sentimientos tan fuertes, ella siempre fue demasiado enamoradiza y jamás pensó que sentiría más que una atracción por un hombre.
Continuará...
Continuará...