CAPÍTULO
XXIV: Al tiempo
Volver al curso normal de la vida significaba para Julia
renunciar al amor, algo a lo que ella no sentía la menor inclinación. Pero ¿cómo
explicar todo lo que había sucedido? Varios asuntos que la avergonzaban quedarían
al descubierto y eran precisamente los que atormentaban su alma. ¿Sería capaz
Gerardo de perdonarla? ¿Qué opinaría su madre? ¿Qué sucedería con ella en la
nueva vida que su abuelo les ofrecía, lo decepcionaría? Incapaz de soportar la
confusión de sus pensamientos, que la llevaban una y otra vez a los peores
escenarios, llegó a concluir que lo mejor para apaciguar su espíritu era dar un
paseo y decidió hacer una visita a su amiga Eloísa, a quien no veía desde su regreso.
Eloísa estaba radiante, —prepararse para la felicidad—,
como ella le aseguró en más de una ocasión durante su visita, era una tarea fácil
de emprender si se contaba con tanto a favor. La noticia no había dejado de sorprender
a sus padres, a quienes aún les costaba comprender la rapidez con que sucedieron
los acontecimientos; un día su hija había salido y al otro regresaba convencida
de haber encontrado el amor. De ningún modo habrían imaginado que alguien que
tantas veces suplicó por otro tipo de vida volvería así, sin más, a expresarles
su deseo de casarse. Convencidos como estaban que la unión con Fernando era
conveniente para las dos familias no hicieron esperar su bendición y fijaron como
fecha para la boda el primer día del mes de abril.
Para su sorpresa y cuando ya se disponía a dar por
terminada la visita, Julia, fue interrogada unos minutos antes de la llegada de
Fernando. Eloísa, deseaba saber cada detalle de lo sucedido entre su amiga y
Gerardo. Su cara no dejó de mostrar sorpresa al saber que una vez más Julia
había desaprovechado la oportunidad de aclarar su situación, y sin dejar que el
cariño que sentía por su amiga se interpusiera entre lo que era correcto, le
hizo ver nuevamente lo mal que había obrado.
—Julia, ¿porqué no acabaste con toda la farsa en aquel
momento? Tuviste la oportunidad de hacerlo, él no puede seguir engañado, ¿lo
comprendes?
—Sí, lo sé. Tuve miedo, lo tengo ahora y en realidad no
sé cómo enfrentarlo.
—Ni siquiera puedo imaginar lo difícil que debe ser para
ti todo esto, pero te aconsejo que lo hagas. Ponte en su lugar, ¿te gustaría
que alguien te engañase así?, ¿lo perdonarías?
—En este momento ya no sé nada, no sé cómo reaccionaría
si…
Sin poder terminar la frase tomó aire, sabía que Eloísa
tenía razón, Gerardo no podía seguir engañado. Justo en el momento en que se
disponía a relatar a su amiga el curso de sus próximas acciones llegó Fernando
quien no pudo resistirse de abrazar a Julia con cariño, y una efusividad poco
característica en él, al recordar que parte de su felicidad se la debía a ella.
—No sabe cuánto la extrañe, deseaba hacerle saber lo
dichoso que he sido desde que decidí seguir su consejo, le debo parte de mi
felicidad.
— ¿A mí?, no lo creo; más bien véase a sí mismo, porque
de no ser la persona que es usted de seguro que ningún otro hombre hubiera
hecho desistir a Eloísa de la decisión que había tomado hace años. Créame lo
que le digo, mi amiga es lo bastante testaruda y finalmente hubiera logrado su
propósito, incluso con el consentimiento de sus padres, lo bueno es que usted
apareció y nos ha regalado el privilegio de seguir contando con su compañía; y
claro, el sumar un nuevo amigo para nuestras vidas.
—Agradezco sus palabras, pero considero necesario hacerle
justicia, usted me ayudó, sus palabras me infundieron valor para no dejar
escapar la felicidad. Quizás no sea adecuado que diga esto estando usted presente,
sin embargo, y sin ánimo de ofenderla, no puedo dejar de hacerle saber que he
encontrado en Eloísa a la más perfecta de las mujeres.
Tiene usted toda la razón, ella es perfecta —dijo sonriendo
y acercándose a Eloísa, agregó—. Me alegra que nadie más que usted se percatara
de esto.
Eloísa, que aún no se acostumbraba a la atención que
generaba por esos días, sintió como sus mejillas pasaron de su normal color
rosa a un carmesí que la llenó de inquietud al sentir que no podía controlar su
emoción al estar frente a Fernando. Ella nunca había sentido inquietud por el
amor de un hombre al creer, desde muy pequeña, descubrirlo en Dios, y agradecía
todo aquello, pues tenía plena certeza que su amor por Fernando era puro. Descubierto
en el momento preciso había entregado su corazón a un hombre que, al igual que
ella, no había amado jamás.
Convencida como salió Julia de que la felicidad era
posible y, llegando, más tarde, a la conclusión que el amor podía perdonar y curar
mucho más de lo que la razón permite, se dirigió hasta su casa para comenzar
sincerándose con su madre; lo que no imaginaba es que durante aquella tarde
Gerardo había llegado a Santiago con la misma determinación, consciente de la
nueva realidad de su familia y en pleno conocimiento de los obstáculos que se
podían presentar; necesitaba que Julia se enterara por él del pasado que los
unía y de su disposición a enfrentar todo lo que se interpusiera entre ellos.
6 comentarios:
Uy muy buen capitulo espero que Julia pueda superar todos su miedos. Buen miércoles y te mando un beso
Citu, me alegra que te guste el capítulo.
Espero que también tengas un bello día.
Un beso.
Como dice Citu, espero que Julia sepa enfrentarse sus miedos y admitir la verdad por el bien de todo.
Feliz semana!! Un beso!!!
Gracias por visitarme Raquel, ya va siendo hora que muchas cosas salgan a la luz y ver como enfrentaran todo el asunto.
Un beso.
¡Ay qué nervios! Mi niña estoy muy ansiosa de saber que pasará cuando Gerardo se entere de quien es Julia. En realidad a veces pienso que sospecha pero su reacción no deja de ser una incognita. Bellísimo capi tesoro escribes genial. Un beso enorme y hasta el próximo capi.
Yo sigo sin mi compu...
¿Puede Gerardo sospechar la relación auténtica que le une a Julia?
Me alegro de que Eloísa sea feliz al lado de Fernando.
Julia y Gerardo también merecen tener su final feliz.
¡No veo la hora de que estos dos vuelvan a encontrarse!
¡Excelente capítulo, amiga!
Un fuerte abrazo, Jennieh.
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