miércoles, 11 de septiembre de 2013

La verdad de una mentira



CAPÍTULO XXIV: Al tiempo


Volver al curso normal de la vida significaba para Julia renunciar al amor, algo a lo que ella no sentía la menor inclinación. Pero ¿cómo explicar todo lo que había sucedido? Varios asuntos que la avergonzaban quedarían al descubierto y eran precisamente los que atormentaban su alma. ¿Sería capaz Gerardo de perdonarla? ¿Qué opinaría su madre? ¿Qué sucedería con ella en la nueva vida que su abuelo les ofrecía, lo decepcionaría? Incapaz de soportar la confusión de sus pensamientos, que la llevaban una y otra vez a los peores escenarios, llegó a concluir que lo mejor para apaciguar su espíritu era dar un paseo y decidió hacer una visita a su amiga Eloísa, a quien no veía desde su regreso.

Eloísa estaba radiante, —prepararse para la felicidad—, como ella le aseguró en más de una ocasión durante su visita, era una tarea fácil de emprender si se contaba con tanto a favor. La noticia no había dejado de sorprender a sus padres, a quienes aún les costaba comprender la rapidez con que sucedieron los acontecimientos; un día su hija había salido y al otro regresaba convencida de haber encontrado el amor. De ningún modo habrían imaginado que alguien que tantas veces suplicó por otro tipo de vida volvería así, sin más, a expresarles su deseo de casarse. Convencidos como estaban que la unión con Fernando era conveniente para las dos familias no hicieron esperar su bendición y fijaron como fecha para la boda el primer día del mes de abril.

Para su sorpresa y cuando ya se disponía a dar por terminada la visita, Julia, fue interrogada unos minutos antes de la llegada de Fernando. Eloísa, deseaba saber cada detalle de lo sucedido entre su amiga y Gerardo. Su cara no dejó de mostrar sorpresa al saber que una vez más Julia había desaprovechado la oportunidad de aclarar su situación, y sin dejar que el cariño que sentía por su amiga se interpusiera entre lo que era correcto, le hizo ver nuevamente lo mal que había obrado.

—Julia, ¿porqué no acabaste con toda la farsa en aquel momento? Tuviste la oportunidad de hacerlo, él no puede seguir engañado, ¿lo comprendes?

—Sí, lo sé. Tuve miedo, lo tengo ahora y en realidad no sé cómo enfrentarlo.

—Ni siquiera puedo imaginar lo difícil que debe ser para ti todo esto, pero te aconsejo que lo hagas. Ponte en su lugar, ¿te gustaría que alguien te engañase así?, ¿lo perdonarías?

—En este momento ya no sé nada, no sé cómo reaccionaría si…

Sin poder terminar la frase tomó aire, sabía que Eloísa tenía razón, Gerardo no podía seguir engañado. Justo en el momento en que se disponía a relatar a su amiga el curso de sus próximas acciones llegó Fernando quien no pudo resistirse de abrazar a Julia con cariño, y una efusividad poco característica en él, al recordar que parte de su felicidad se la debía a ella.

—No sabe cuánto la extrañe, deseaba hacerle saber lo dichoso que he sido desde que decidí seguir su consejo, le debo parte de mi felicidad.

— ¿A mí?, no lo creo; más bien véase a sí mismo, porque de no ser la persona que es usted de seguro que ningún otro hombre hubiera hecho desistir a Eloísa de la decisión que había tomado hace años. Créame lo que le digo, mi amiga es lo bastante testaruda y finalmente hubiera logrado su propósito, incluso con el consentimiento de sus padres, lo bueno es que usted apareció y nos ha regalado el privilegio de seguir contando con su compañía; y claro, el sumar un nuevo amigo para nuestras vidas.

—Agradezco sus palabras, pero considero necesario hacerle justicia, usted me ayudó, sus palabras me infundieron valor para no dejar escapar la felicidad. Quizás no sea adecuado que diga esto estando usted presente, sin embargo, y sin ánimo de ofenderla, no puedo dejar de hacerle saber que he encontrado en Eloísa a la más perfecta de las mujeres.

Tiene usted toda la razón, ella es perfecta —dijo sonriendo y acercándose a Eloísa, agregó—. Me alegra que nadie más que usted se percatara  de esto.

Eloísa, que aún no se acostumbraba a la atención que generaba por esos días, sintió como sus mejillas pasaron de su normal color rosa a un carmesí que la llenó de inquietud al sentir que no podía controlar su emoción al estar frente a Fernando. Ella nunca había sentido inquietud por el amor de un hombre al creer, desde muy pequeña, descubrirlo en Dios, y agradecía todo aquello, pues tenía plena certeza que su amor por Fernando era puro. Descubierto en el momento preciso había entregado su corazón a un hombre que, al igual que ella, no había amado jamás.

Convencida como salió Julia de que la felicidad era posible y, llegando, más tarde, a la conclusión que el amor podía perdonar y curar mucho más de lo que la razón permite, se dirigió hasta su casa para comenzar sincerándose con su madre; lo que no imaginaba es que durante aquella tarde Gerardo había llegado a Santiago con la misma determinación, consciente de la nueva realidad de su familia y en pleno conocimiento de los obstáculos que se podían presentar; necesitaba que Julia se enterara por él del pasado que los unía y de su disposición a enfrentar todo lo que se interpusiera entre ellos.    


6 comentarios:

J.P. Alexander dijo...

Uy muy buen capitulo espero que Julia pueda superar todos su miedos. Buen miércoles y te mando un beso

Jennieh dijo...

Citu, me alegra que te guste el capítulo.

Espero que también tengas un bello día.

Un beso.

Raquel Campos dijo...

Como dice Citu, espero que Julia sepa enfrentarse sus miedos y admitir la verdad por el bien de todo.

Feliz semana!! Un beso!!!

Jennieh dijo...

Gracias por visitarme Raquel, ya va siendo hora que muchas cosas salgan a la luz y ver como enfrentaran todo el asunto.

Un beso.

Lourdes dijo...

¡Ay qué nervios! Mi niña estoy muy ansiosa de saber que pasará cuando Gerardo se entere de quien es Julia. En realidad a veces pienso que sospecha pero su reacción no deja de ser una incognita. Bellísimo capi tesoro escribes genial. Un beso enorme y hasta el próximo capi.
Yo sigo sin mi compu...

Unknown dijo...

¿Puede Gerardo sospechar la relación auténtica que le une a Julia?
Me alegro de que Eloísa sea feliz al lado de Fernando.
Julia y Gerardo también merecen tener su final feliz.
¡No veo la hora de que estos dos vuelvan a encontrarse!
¡Excelente capítulo, amiga!
Un fuerte abrazo, Jennieh.