domingo, 19 de agosto de 2012

La verdad de una mentira


CAPITULO VII: Una buena amiga




La vida para Julia se había vuelto bastante ocupada. Si bien era cierto, desde que terminó su educación no se frecuentaba con casi ninguna de sus compañeras, existía una excepción. Casi todas se encontraban muy ocupadas con su nueva y agitada vida social; mientras, unas, asistían a las constantes tertulias que se organizaban en las casas de las familias más importantes de la cuidad; otras, se encontraban de viaje por Europa. Y, a esa altura muchas de ellas se encontraban comprometidas en matrimonio.

Eloísa Sotomayor, era la excepción. Muchacha soñadora y bastante alejada de aquella vida la visitaba con frecuencia.

Eloísa, aunque pertenecía a una familia acomodada y reconocida de Santiago, prefería pasar desapercibida. Una gran parte de su familia la excluía por su particular manera de ser. No le gustaba ostentar, para ella la vida debía ser lo más simple que se pudiera; le bastaba sólo con lo indispensable para vivir y era feliz con ello. Sus pretensiones eran muy lejanas a las de sus padres; mientras ellos trataban de relacionarla con algún hombre de su posición, Eloísa, solo pensaba en lo maravilloso que sería una vida retirada y alejada de las cosas que la distanciaban de Dios. En muchas ocasiones había expresado su deseo de ingresar como novicia, pero sus padres se negaban enérgicamente a esa opción de vida para su única hija, por lo que, Eloísa, juró en un acto de soberbia no dejarse comprometer con nadie.

Las visitas entre ellas eran constantes y, ambas reconocían la sinceridad y el verdadero cariño de la amistad que las unía, sin embargo, en sus últimas visitas, Eloísa, notaba a Julia cada vez más agitada y no lograba que le contase lo que sucedía con ella. Muchas veces había pasado a verla por las tardes y no la encontraba. En una ocasión decidió no salir hasta que Julia le contara el porqué de su comportamiento tan extraño. Le preocupaba su salud, cada vez la encontraba más pálida, por lo que decidió hablarle con firmeza y conseguir más datos:

— Mi querida amiga, hoy no volverá a casa sino me cuenta qué ocurre con usted. Desde un tiempo a esta parte la noto extraña, está muy pálida, esto me preocupa por su salud.

— No debe preocuparse por mí Eloísa, no ha sucedido nada grave; sólo que…— En ese momento se dirigió a la ventana y señaló el teatro—. ¿Se acuerda del hombre que conocí en el parque y que me impresionó tanto?

—Sí, lo recuerdo— dijo Eloísa, evidentemente asombrada que señalara aquel lugar.

— Ya sé quién es, qué hace y, muchas cosas más sobre su vida. 

— Pero… yo no. Así que siéntese a mi lado— y señaló una pequeña silla junta a ella— y me cuenta todo lo que ha sucedido con él— el rostro de Eloísa se iluminó al intuir de que se trataría la conversación; por lo que continuó diciendo—. Bien, que ha sucedido con el atrevido y arrogante, y no por ello menos interesante, hombre de la mirada misteriosa que conoció una tarde en el parque, mi querida amiga.

— No se burle, por favor. Esto que le voy a contar es delicado y me tiene preocupada; sé que cuando termine de hablar, usted podría ya no querer ser más mi amiga, pero le pido compasión. No se aventure a juzgarme sin conocer los motivos o por lo menos los sentimientos que encierran los hechos que relataré a continuación.

— Me está preocupando su actitud, si bien es cierto, que conocer la razón de su congoja me alivió por un instante; sus palabras, ahora, me han vuelto a inquietar.

— Se trata de Gerardo Subercaseaux— dijo finalmente Julia.

— Ya veo, usted se preocupa por lo de su accidente, ¿verdad?

— ¿Lo conoce?— preguntó Julia sorprendida.

— ¿Y quién no lo haría?, desde su llegada a Santiago ha sido uno de los hombres más codiciados por las familias para cualquiera de sus hijas, posee una gran fortuna, es dueño de grandes extensiones de tierra al sur del país y, además, es una persona muy agradable; pero querida Julia, no encuentro motivo para su angustia. Él se encuentra perfectamente, el accidente ha sido algo sin mayores consecuencias. También se comenta que una prima le cuida con mucho esmero.

— Yo sé todo eso, sé muy bien cómo se encuentra, pero déjeme corregirla en algo: aún no se sabe con certeza las consecuencias del accidente, aunque es cierto que se encuentra cada día mejor.

— ¿Cómo sabe tantos detalles?, creo que ni siquiera nosotros, que somos los reyes de la cotilla, estamos enterados de ellos con certeza—. Aunque, Eloísa, se sorprendió por las palabras de su amiga, no pudo menos que ironizar al describir el deporte favorito de las familias respetables.

— Desde hace unos días, que le visito en el hospital, pero ha reconocido a otra persona en mí y, yo, por estar a su lado no he sido capaz de corregir el mal entendido.

— Entonces, ¿es usted la misteriosa prima que nadie conoce? Cree que es correcto engañar a otra persona— dijo Eloísa bastante enojada al conocer la verdad.

— No, sé que no es bueno lo que estoy haciendo, pero créame no tuve otra opción.

— Siempre las hay, e incluso si éstas fuesen perjudiciales para uno. Debe decirle la verdad. No deje que esto siga creciendo, en algún momento la verdad la alcanzará y puede que, en ese instante,  sea demasiado tarde para dar explicaciones.

— Le pido que trate de entender mi situación— la angustia, encontró cómo abrirse paso en los ojos de Julia, los que muy pronto comenzaron a derramar lágrimas.

Su amiga escuchó con asombro cada una de las palabras de Julia, pero no lograba encontrar una razón lo suficientemente poderosa que justificase sus acciones. La amistad que las unía llevó finalmente a que Eloísa no insistiera más en que la verdad debía ser dada a conocer.

5 comentarios:

Lourdes dijo...

¡Hola guapa! Ha llegado una amiga que quizás la comprenda, por lo menos no está sola con el secreto de conocer a Gerardo y lo que fue capaz de hacer. Si Julia cree que Gerardo no la conoce, debería hablarle con el corazón en la mano, claro que no es fácil. Me gusta como está tomando color esta historia, un placer leerte nena. Un beso grande y a esperar novedades.

Jennieh dijo...

Lou:

Sí, al parecer no está sola con su secreto, por lo menos pudo contarlo a una persona que, aunque no comprende lo sucedido por lo menos intentará ayudarla.

Un beso.

princesa jazmin dijo...

Imagino lo complicado y extraño que debe resultar en ese tipo de sociedad tener una personalidad como la de Eloísa, poco interesada en los chismes, la caza de maridos y la preocupación de alcanzar fortuna a través del matrimonio.
La vida simple y sencilla que ella desea debe parecerle un escándalo a sus padres, no me sorprende que lleve una buena amistad con Julia, que tampoco es una damita como todas las demás.
Así que ya se habla de la misteriosa prima? va a costarle mantener el secreto mucho tiempo entonces...
Ya quiero saber cómo sigue!
Me encantan los actores de Norte y Sur, son perfectos para tus personajes, pero entiendo bien tu perspectiva.
A veces darle un rostro definido a tus creaciones puede llegar a limitarte, es mejor que cada lector le cree su propia apariencia, a su gusto.
Que pases un buen finde!
Besos.
Jazmín.

Jennieh dijo...

Jazmín:

Perdón por la tardanza en responder.

Tienes razón con lo que dices de las sociedad, más donde las damas no tenían mucho que decir, no porque no quisieran, claro, pero como ya es sabido no se les tomaba en cuenta para muchas decisiones de su propia vida.

Con respecto a los personajes, creo que me arriesgaré y pondré imagenes de la miniserie.

Espero que tú también tengas un buen fin de semana, ahora y el anterior.

Un beso.

suelin17dea dijo...

Ahhh aqui vamos, pobre Julia. Sabemos todos que no es correcto mentir, pero todos lo hemos hecho y es muy triste que su amiga la trate asi :(

Mas si sabemos que Gerardo sabe mas de la cuenta, no ha sido engañado.
Auqnue ser buen amig@ no significa en dar la razon siempre, sino en aconsejar lo mejor siempre...


Seguimos...